Ópera Bianca es una instalación móvil y sonora concebida por el escultor Pilles Touyard; la música es obra de Brice Pauset. Esta instalación se compone de siete objetos móviles cuya forma recuerda al mobiliario humano. En las fases claras, estos objetos, inmóviles y blancos sobre un fondo blanco, acumulan energía luminosa. Disipan esta energía en las fases oscuras, emitiendo una luminiscencia que va disminuyendo mientras se cruzan en el espacio, sin llegar a tocarse; su aspecto recuerda entonces las manchas fantasmales que atraviesan la retina cuando algo le ha deslumbrado. El texto interviene en las fases oscuras. Se compone de doce secuencias leídas por dos narradores invisibles (una voz masculina, una voz femenina). El orden de las secuencias, aleatorio, cambia de una representación a otra. Por lo tanto, hay que considerar estos textos como doce interpretaciones posibles a partir de una misma situación plástica. La primera representación tuvo lugar el 10 de septiembre de 1997 en el Centro de Arte Contemporáneo Georges Pompidou (París).
4”
H:
¿Cuál es el elemento más pequeño de una sociedad humana?
36”
M:
Asociamos la onda a la mujer,
el corpúsculo a lo masculino;
componemos pequeños dramas
anhelando a un Dios maligno.
H:
En ausencia de conflictos, aparece y se desarrolla un mundo. La red de interacciones envuelve el espacio, crea el espacio con su desarrollo instantáneo. Observando las interacciones conocemos el mundo. Definiendo el espacio mediante los datos observables, en ausencia de contradicciones, proponemos un mundo del que podemos hablar. Llamamos a este mundo “la realidad”.
43”
H:
Flotaban en la noche junto a un astro inocente,
observando el nacimiento del mundo,
el desarrollo de las plantas
y la impura abundancia de las bacterias;
venían de muy lejos, les sobraba el tiempo.
No tenían ninguna
teoría sobre el futuro,
veían el tormento,
la carencia, el deseo.
Instalarse en la Tierra
en medio de los vivos;
conocían la guerra,
cabalgaban el viento.
M:
Se reunieron a orillas del estanque;
la bruma se elevaba, avivaba los cielos;
amigos, acordaos de las formas esenciales,
acordaos del hombre, acordaos mucho tiempo.
50”
H:
Me gustaría anunciar buenas nuevas, prodigar palabras de consuelo; pero no puedo hacerlo. Sólo puedo observar cómo se abre el abismo entre nuestros pasos y nuestras actitudes.
Surcamos el espacio, el ritmo de nuestros pasos corta el espacio con la exactitud de una navaja; surcamos el espacio y el espacio es cada vez más oscuro.
Hubo un momento preciso en que se rompió el contacto. No consigo recordarlo, pero debió de producirse a cierta altura.
M:
Tuvo que haber un momento de comunión en el que no teníamos ninguna objeción contra el mundo; entonces, ¿cómo es posible que nuestra soledad sea tan grande? Debió de ocurrir algo, pero el origen de la deflagración nos resulta impenetrable; miramos a nuestro alrededor, pero ya nada nos parece concreto, ya nada nos parece estable.
56”
M:
Andamos por las calles, las miradas se cruzan
y así definimos nuestra presencia humana;
en la calma absoluta del fin de semana,
andamos lentamente cerca de la estación.
Ropa muy larga que abriga carnes grises,
prácticamente inmóviles cuando se acaba el día;
nuestra alma minúscula y medio condenada
se agita entre los pliegues antes de detenerse.
H:
Hemos existido, dice nuestra leyenda;
de algunos deseos nuestros nació esta ciudad.
Luchamos contra fuerzas hostiles y un día,
enflaquecidos,
nuestros brazos dejaron caer las riendas.
Y flotamos lejos de todos los posibles;
la vida se enfrió, la vida se nos fue;
miramos nuestros cuerpos medio desvanecidos,
en el silencio emergen ciertos datos sensibles.
59”
H:
Claro y límpido, el cielo penetraba
en nuestros cristalinos;
ya no pensábamos en el mañana,
la noche estaba casi vacía.
Estábamos prisioneros entre los instrumentos
y las medidas parecían completamente fútiles,
habíamos intentado hacer una obra útil,
las hormigas bailaban bajo un sol inquietante.
Había cierta locura en el aire,
una electricidad, un ruido de cadenas,
los transeúntes se miraban con odio,
parecían planear fantásticos tormentos.
M:
Conocerás las tres direcciones del espacio
y comprenderás la naturaleza del tiempo,
verás el sol caer sobre el estanque;
en la noche creerás que has encontrado tu lugar.
H:
Vuelve el alba, la arena gira entre los cuerpos;
espíritu de clarividencia, sé equitativo y dirígete al norte;
espíritu de intransigencia, sostén nuestros esfuerzos y combates;
este mundo espera de nosotros el impulso hacia la muerte.
1’00”
M:
Llega un momento en que las palabras dichas,
en lugar de convertirse en destellos de luz,
se retuercen en torno a uno, ahogan sus ideas.
Las palabras están hechas de cierta materia.
(Una materia viscosa
cuando pesan mucho;
así ocurre con las palabras de amor,
con la materia amorosa).
H:
La vida se perpetúa de relámpago en relámpago,
la información circula;
en el fondo de la noche se enlazan los destinos;
las cartas están marcadas.
M:
Atravesamos los días con el rostro inmóvil,
ya no hay amor en nuestras miradas estériles,
la infancia ha terminado, la suerte está echada,
nos acercamos al final de la partida.
H:
Las últimas partículas
flotan a la deriva en el silencio
y el vacío articula
su presencia en la noche.
M:
El polvo forma torbellinos en el suelo gris;
una ráfaga de viento purifica el espacio.
Quisimos vivir, aún quedan indicios;
nuestros cuerpos se suspenden en la espera.
1’04”
H:
En la soledad, en el silencio, en la luz, el hombre se carga de energía mental, que luego disipa en sus relaciones con el prójimo. Indiferente, perfecto y redondo, el mundo ha conservado el recuerdo de su origen común. Fragmentos de mundo aparecen, desaparecen, aparecen de nuevo.
M:
Más allá del blanco está la muerte
y la separación de los cuerpos;
entre las partículas en carne viva
acabo mi trayectoria emocional.
H:
La vida es perfecta, la vida es redonda;
es una nueva historia del mundo.
M:
En el universo subatómico
ya no hay topologías
y el espíritu encuentra una morada
en el fondo de la fisura cuántica,
el espíritu se hace un ovillo
en un universo patético,
en la ruptura de la simetría,
en el esplendor de lo idéntico.
H:
Todo aparece y brilla con una luz insoportable; nos hemos convertido en seres semejantes a dioses.
1’06”
M:
En un momento cualquiera
tiene lugar un encuentro,
la noche llena los ojos
y uno, claro, se equivoca.
H:
El mundo está disociado; se compone de individuos. Los individuos se componen de órganos; los órganos de moléculas. Pasa el tiempo; se divide en segundos. El mundo está disociado.
M:
El proceso de seducción
es un proceso de medida,
sola en la noche de interacción
entre la luz y la basura.
H:
Las neuronas recuerdan la noche. En la red estrellada de las neuronas se forman las representaciones; su recorrido es aleatorio y breve.
M:
Habría que atravesar un universo lírico
como se atraviesa un cuerpo muy amado;
habría que despertar las fuerzas oprimidas,
la sed de eternidad, patética y dudosa.
H:
La profunda noche cerebral
ha creado el mundo
y todos sus instrumentos.
Seguimos descendiendo hacia lo blanco.
1’10”
M:
Cierto que en la contradicción que invade las mañanas
respiramos, y el cielo es apacible,
pero ya no creemos que la vida es posible,
no tenemos la impresión de ser humanos.
H:
El movimiento de indiferencia
sobre un eje frío y mórbido
es una metáfora de la ausencia,
una semitransición hacia el vacío.
Las señales de lo real velado
en una luminiscencia,
horrible como un cielo estrellado,
semitransiciones hacia la ausencia.
Los choques de las máquinas neuronales
en un campo de deseos ficticios
definen un mundo liberal
donde ya nada es definitivo.
M:
La naturaleza tiene que adaptarse al hombre
y lo humano se acaba y se vuelve rígido;
siempre he tenido miedo de caer al vacío,
estaba sola en el vacío y me dolían las manos.
H:
En la muerte, los cuerpos desencarnados
de quienes creíamos conocer,
tienen el aspecto remilgado
de los que no volverán a nacer.
Ahí están, simples y sin heridas,
saciados todos sus deseos;
ya sólo son una osamenta
que el tiempo acaba desgastando.
1’17”
H:
Suponemos la existencia de un observador.
M:
Estás aquí
o en otra parte;
estás sentada con las piernas cruzadas
en el suelo de la cocina
y tu vida está en ruinas;
alza tu voz hacia el Señor.
¡Mira! Hay moléculas
que existen en semienlace;
hay traiciones a medias,
hay momentos ridículos.
H:
No vivimos; hacemos movimientos que creemos voluntarios. La muerte no puede alcanzarnos; ya estamos muertos.
M:
Piensas en el gato de Schrödinger,
medio muerto o medio vivo;
en la naturaleza de la luz
y en la ambigüedad del blanco.
H:
Niels Bohr decía que con el lenguaje pasa como con los platos en un chalet de montaña. El agua está sucia, la bayeta también; sin embargo, a fin de cuentas, conseguimos fregar los platos.
M:
Estás de pie en la pasarela
y piensas en el gel lavavajillas.
H:
Dos seres se reúnen, cada cual encerrado en su noche cerebral. No obstante, en la medida exacta de sus conciencias del mundo, en un momento determinado por el desarrollo del protocolo instrumental, en un momento concreto, no aleatorio, en un momento necesario, tiene lugar una representación.
2’15”
H:
Cargadas de energía, unas partículas circulan en un espacio cerrado, durante un tiempo limitado. Llamemos ciudad a ese espacio; comparemos la energía con el deseo; tendremos una metáfora de la vida.
M:
Crees que delimitas seres individuales,
a cada paso tu ojo toma una medida;
hay excepciones, casos residuales,
pero tú estás seguro de ti mismo, conoces la naturaleza.
H:
Obedeciendo a la teoría de los choques, las partículas reaccionan cubriéndose de caparazones, de espinas, de armas defensivas u ofensivas; tenemos una metáfora de la evolución animal.
M:
En medio de la noche ves las trayectorias
de objetos que circulan, claras como a la luz del día;
Para ti la libertad es el sentido de la historia
y la acción a distancia es un sueño impreciso.
H:
Como la roca necesita el agua
que la erosiona,
así nosotros necesitamos nuevas metáforas.
M:
Tienes una agenda y unas coordenadas;
los humanos son móviles y a menudo vulnerables;
chocan con los humanos durante algunos años;
luego se descomponen en agregados inestables.
Dos partículas se reúnen
y tienen una función de onda común;
después se separan en la noche,
se alejan.
Sometamos la partícula B a la acción de un campo eléctrico;
la partícula A reaccionará de forma idéntica;
sea cual sea la distancia
habrá una acción, una influencia.
H:
La separación del mundo en objetos es una proyección mental. Ocurren ciertos fenómenos; se determina un dispositivo experimental. La comunidad de los observadores puede llegar a un acuerdo sobre el resultado de las medidas. Se pueden definir unos valores con cierta aproximación. Esos valores son el resultado de una interacción entre el mundo, la conciencia y el instrumento. Así, a través de una intersubjetividad razonable, podemos hablar sobre lo que hemos observado, lo que hemos visto, lo que hemos aprendido.
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